Maria Charlton prendió un cigarrillo Kool ayer frente al tribunal del Condado Broward, saboreando el que probablemente sea uno de los últimos que fume.
Cuando el impuesto estatal a los cigarrillos aumente hoy a $1.34 por cajetilla, Charlton va a dejar de fumar.
''No voy a pagar un dólar más'', dijo Charlton, de 45 años, residente de Pembroke Pines. ``No vale la pena''.
Los fumadores como Charlton se sienten asediados. El aumento de 294 por ciento en el impuesto estatal sigue a otra subida de 159 por ciento en el impuesto federal al tabaco, de 39 centavos a $1.01 la cajetilla, efectivo desde el 1 de abril. A eso se suma un alza de precio de más de 40 centavos implementado este año por algunas tabacaleras.
Todo eso significa que muchas marcas de cigarrillos cuestan $5, $6 o más.
Y los fumadores ya no pueden evitar el impuesto comprando en una reserva india. Según la nueva ley, los que compren cigarrillos en una reserva pero no sean miembros de la tribu tendrán que pagar todo el impuesto.
Aunque se espera que el aumento fiscal haga que los fumadores dejen el hábito, el estado prevé que el nuevo aumento de impuestos genere alrededor de $900 millones anuales para ayudar a tratar a los fumadores enfermos.
El gobernador Charlie Crist firmó el proyecto de ley en mayo, a pesar de su promesa de no aumentar los impuestos. Crist dijo que se trataba ``más de un problema de salud que de impuestos''.
Algunos fumadores están escépticos de que a los legisladores estatales les preocupe la salud de los fumadores.
''Si no quieren que la gente fume, ¿por qué dejan que se venda tabaco?'', dijo irritada Adelina Kodra, tras comprar dos cajas de Skydancer en el Seminole Hollywood Trading Post en la 441. ``¿Por qué no declaran ilegal el cigarrillo? Porque es mucho dinero. No se trata de la gente''.
Jim Waldman, representante demócrata por Coconut Creek y patrocinador del proyecto de ley en la Cámara, dijo: ``Yo lo declararía ilegal si pudiera. Pero esta es la segunda mejor opción''.
Waldman dijo que su padre murió después de fumar durante casi 60 años. ''Lo enterramos con una cajetilla de cigarros en el ataúd'', recuerda.
''Yo patrociné esto con el único propósito de tratar de reducir el hábito de fumar entre los adolescentes'', explicó Waldman. ``Se aprobó debido a la situación financiera del estado. Pero yo lo hice como una iniciativa de salud''.
Entre los menores de edad, el consumo de cigarrillos baja entre 6 y 7 por ciento por cada 10 por ciento de aumento en el precio de una cajetilla, dijo Eric Lindblom, director de Investigaciones Políticas de la campaña Tobacco-Free Kids. La reducción es de entre 3 y 5 por ciento entre los adultos, explicó.
El impuesto de la Florida al tabaco ocupa el lugar 22 en el país, por encima del promedio nacional de $1.29 por cajetilla. Antes del aumento, tenía el quinto impuesto más bajo.
''Esto es un gran paso'', afirmó Lindblom.
David Sutton, portavoz de Philip Morris USA, fabricante de Marlboro, Benson & Hedges y otras marcas, duda que el aumento del impuesto genere los ingresos proyectados por el estado. Según él, de 57 aumentos en el impuesto a los cigarrillos entre el 2003 y el 2007, sólo 16 han cumplido las proyecciones de ingresos.
''Subir el impuesto es una fuente poco confiable para los estados, particularmente cuando están tratando de usar esos ingresos para financiar programas importantes o cubrir déficits'', señaló.