Las distintas formas de cáncer conocidas siguen cobrándose cada año millones de vidas en el mundo a pesar de los avances que se producen en áreas clave como el diagnóstico y el tratamiento. Una parte nada despreciable de ellas, alrededor del 35%, podrían evitarse si se aplicaran medidas preventivas eficaces. La revista médica The Lancet ha identificado nueve de las causas implicadas en el origen de la enfermedad. Algunas, como el tabaco y el alcohol, eran ya conocidas. Otras, como la obesidad y el sedentarismo, han causado sorpresa por su novedad.
La prevención, junto con la mejora de las técnicas diagnósticas y la incorporación de nuevos tratamientos, son los tres pilares sobre los que se asienta en la actualidad la lucha contra el cáncer. De ahí que investigadores, médicos especialistas y epidemiólogos insistan en la necesidad de identificar aquellas causas que puedan estar implicadas en el origen de la enfermedad.
The Lancet, una de las publicaciones de mayor prestigio médico, estima que las muertes por cáncer en el mundo superan los siete millones anuales, y que de ellas al menos una tercera parte, unos dos millones y medio de casos, podrían evitarse. De acuerdo con un estudio reciente, el consumo abusivo de tabaco y alcohol encabezan la lista de «nueve factores» evitables. La lista la completan otros factores como la obesidad, el bajo consumo de frutas y verduras y la falta de ejercicio, una novedad para la mayoría. El progreso también es el culpable de que la contaminación atmosférica y la que se produce en espacios cerrados, sea otra de las causas reconocidas como potencialmente cancerígenas. Por último, algunas infecciones víricas de contagio sexual o transmitidas por inyectables, también están implicadas en la aparición de algunos tipos de cáncer, sobre todo, en países menos desarrollados.
Tabaco, el número uno
El tabaco es la causa del 21% de las muertes por cáncer en el mundo mientras que al bajo consumo de frutas y verduras se le atribuye un 5%
El tabaco es, con diferencia, el factor al que se atribuye una mayor proporción de formas de cáncer. Según el estudio publicado por The Lancet, a su consumo se debe un 21% de las muertes por cáncer. Pero no sólo de pulmón, como suele considerarse. Los efectos nocivos de las sustancias contenidas en el tabaco están relacionados, de manera directa, con cáncer de laringe y de boca, de esófago, de estómago, hepático, de páncreas, de vejiga urinaria, de cuello uterino y leucemia.
La relación más directa se produce en el caso del cáncer de pulmón en los que se considera el responsable de más de 850.000 muertes al año en el mundo. De todos los pacientes que sufren cáncer de pulmón, casi el 70% son fumadores. En los casos de cáncer de laringe, boca y esófago, el 42% son fumadores.
Y para reflexionar una novedad que era previsible: en la última década están aumentando de forma importante los casos de cáncer de pulmón en mujeres. Los cambios culturales en los países mas desarrollados, con un incremento muy importante de mujeres fumadoras, ha provocado este cambio de tendencia en las estadísticas que está llevando a una progresiva disminución de los nuevos casos entre los hombres y a un alarmante aumento entre las mujeres.
Con frecuencia, el fumador es también bebedor, lo que comporta un riesgo añadido. El alcohol actúa a muchos niveles siendo el sistema nervioso y el hígado los órganos más sensibles. El tipo de cáncer que aparece con más frecuencia es el de hígado, que a menudo se genera en un órgano ya dañado, con una fase previa de hepatitis alcohólica y cirrosis. También está implicado en la aparición de cáncer de estómago, esófago, boca y orofaringe, próstata y mama.
Una dieta equilibrada, muy importante
Los nueve factores de riesgo evitables causan el 41% de muertes en hombres y el 27% en mujeres
Seguir una dieta equilibrada no tan solo reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares sino que también tiene un efecto protector frente a la aparición de cáncer.
Se estima que los individuos que no consumen la cantidad adecuada de vegetales, tienen un incremento del 5% de riesgo de padecer algún tipo de cáncer digestivo. La relación es lo tan importante como para tenerla en cuenta y hacer el esfuerzo de seguir los consejos de la Organización Mundial de la Salud que recomienda el consumo diario de frutas y verduras de 600 gramos diarios en los adultos y de 480 gramos en niños.
Pero no es ésta la tendencia de las dietas actuales en las que, poco a poco, se van incrementando las grasas y los hidratos de carbono en detrimento de las verduras, sobretodo en las poblaciones mas jóvenes: los niños consumen una cuarta parte menos de vegetales menos que los adultos.
Es muy importante intentar mantener nuestra dieta mediterránea, rica en vegetales. Según estudios publicados, una «dosis extra» de frutas y verduras al día, apenas unos 80 gramos, sería suficiente para reducir en un 20% el riesgo de padecer cáncer de estómago.
Obesidad y poco ejercicio, enfermedades del progreso
Está reconocida la directa relación que tiene el sobrepeso en la salud cardiovascular, así como en otras patologías como la diabetes y la artrosis, entre otras. Menos conocida hasta ahora es la relación entre obesidad y el mayor riesgo de desarrollar algún tipo específico de cáncer, en concreto, cáncer de mama en mujeres post-menopáusicas y cáncer de riñón, colon y endometrio.
La asociación entre sobrepeso y cáncer de mama en mujeres post-menopáusicas se ha establecido en más de un centenar de estudios. Algunos de ellos también evidencian un hecho importante: la reducción del riesgo en mujeres con sobrepeso que han adelgazado. También se corrobora que las mujeres obesas tienen un peor pronóstico de su enfermedad, con más recaídas.
Parece que el mecanismo implicado en este mayor riesgo es el nivel de hormonas femeninas y su relación con el origen de un cáncer de mama. Los niveles hormonales, según se ha comprobado en multitud de estudios, pueden verse afectados por la obesidad. En cáncer de colon se apunta como posible causa dietas poco apropiadas (mayor consumo de carne y menor de verduras) y también, como en el caso anterior, alteraciones hormonales.
La mejor prevención es, por lo tanto, intentar mantener un peso adecuado y hacer un poco de ejercicio. Dos horas y media a la semana de una actividad moderada como caminar a paso ligero, son suficientes para obtener beneficios.
Contaminación, dentro y fuera
Según datos aportados por la OMS, la polución de las zonas urbanas causa un 3% de mortalidad relacionada con afecciones cardiopulmonares y un 5% por cáncer de pulmón. La mayoría de los casos se dan en zonas urbanas de países desarrollados.
Pero el concepto de contaminación no se refiere sólo al atmosférico, el término también se aplica a la polución que se produce en el interior de los edificios causada por el humo del tabaco, productos volátiles desprendidos de telas y muebles y partículas de los combustibles utilizados para calefacción y cocina. Una correcta ventilación de los espacios interiores, es la mejor medida preventiva para paliar los efectos de este factor cuyo impacto no se puede minimizar ya que es el responsable de 1,2 millones de muertes anuales.
HOMBRES Y MUJERES, RICOS Y POBRES
Más allá de las diferencias debidas al propio sexo, obvias para órganos específicos, el estudio publicado por The Lancet revela que el responsable más importante de esta diferencia es el cáncer de pulmón, causante del 45% del total de las muertes por cáncer en hombres, aunque esta diferencia es cada vez menor dado que cada vez hay más fumadoras. Asimismo, hay grandes diferencias en cáncer de boca y orofaringe y en cáncer hepático, también debido al distinto consumo de alcohol y tabaco entre los dos sexos.
También en el cáncer hay discrepancias entre ricos y pobres ya que el mayor número de casos se concentran en los países de mayor poder económico. La diferencia es debida a que la población de los países ricos sufre una mayor exposición a algunos de los factores implicados, como el alcohol y el tabaco. Los casos de cáncer relacionados con la obesidad y con la falta de ejercicio, se producen también en los países con mayor renta y están relacionados con el estilo de vida.
En contraposición, el cáncer de cuello uterino es mas frecuente en los países pobres. Este tipo de cáncer, el más frecuente entre las mujeres con un 28% sobre el total, se relaciona con infecciones víricas crónicas, en especial la causada por el virus del papiloma humano (VPH), mucho mas frecuentes en países poco desarrollados en los que tampoco están disponibles las medidas preventivas con controles ginecológicos y citologías anuales. Estas medidas son las que han reducido de forma drástica el número de casos en los países avanzados. Lo mismo que ha ocurrido, por otra parte, con la implementación de sistemas de detección precoz en cáncer de mama y colon.